Los secretos detrás de las tarjetas

A la hora de solicitar una tarjeta de crédito o débito se debe poseer información acertada acerca de las mismas y hacer una buena elección comparándolas para descifrar cuál es la que mejor se adapta a la situación personal, condiciones y posibilidades de pago y hábitos de consumo, a fin de no caer en grandes deudas inmanejables.

Primero es válido establecer una diferencia entre tarjetas de crédito y débito. Las primeras operan como si fuese un préstamo que se puede pagar en su totalidad al fin de mes o corte del ciclo, o bien optar por refinanciar el pago con los intereses y costas que esto comprende. En cambio el débito es un plástico directamente conectado con la cuenta bancaria por medio del cual se puede disponer del dinero ahorrado en la cuenta sin necesidad de estar cargando con el efectivo.

Ambos tipos de plásticos suelen tener costos de mantenimiento, seguro, apertura y algunos otros montos adjudicados a diversas operaciones. La opción del débito no posee muchos subterfugios en su letra pequeña, en tanto que las tarjetas de crédito pueden ser muy engañosas si no se las conoce.

A la hora de comparar tarjetas es importante tener en cuenta los ingresos mensuales personales ya que de estos dependerán los límites de crédito; también evaluar el uso que se le quiere dar a la tarjeta, si es para compras cotidianas o para realizar grandes gastos (electrodomésticos, viajes, etc.); otro factor a tener en cuenta son los beneficios que el plástico ofrece, muchos incluyen beneficios de cuotas sin interés con diversos comercios, descuentos y sistemas de premios.

La clave para comparar tarjetas, una vez establecido el tipo de plástico adecuado para la necesidad personal, es checar el CAT y las costas de mantenimiento, seguros y apertura de las tarjetas que suelen ser los números que marcan la diferencia entre un producto crediticio y otro.

Si se opta por refinanciar las compras hechas con tarjeta de crédito el banco exige siempre un pago mínimo mensual que es calculado a partir de dos números. Uno es 1,5 por ciento de la deuda más intereses e IVA; el otro es el 1,25 por ciento del límite de crédito. Lo que se cobra en el pago mínimo, según la legislación, es el monto más elevado de estos dos números.

Una vez adquirida la tarjeta la mayor cantidad de problemas proviene de la clonación de las mismas o el Phishing (fraude por internet) por lo que es importante tener en cuenta que no se debe dejar el plástico a la vista u olvidarlo en cualquier lugar ni se deben contestar correos electrónicos brindando información sensible acerca de las cuentas. Frente a cualquier robo, fraude o sospecha es importante denunciarlo en la entidad bancaria emisora de la tarjeta.

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