La ampliación de una hipoteca es una vía complementaria de financiación de la que se valen cada vez más personas. La crisis económica, los índices de inflación elevados y la dura situación que golpea a los bolsillos, hace necesaria esta facilidad, pero también el crecimiento de quienes la solicitan justifica su existencia.
La ampliación o extensión de una hipoteca debe, siempre, ser propuesta por el cliente, este es el primer interesado en que las condiciones cambien producto de una motivación o necesidad personal. Rara vez esto sucede por medio de una solicitud del banco, pero éstos siempre se encuentran abiertos a rever y renegociar nuevas condiciones de financiación de la línea hipotecaria adquirida.
Esta opción, también conocida como novación, es un trámite personalizado y presenta un proceso mucho más flexible que el de la contratación de una hipoteca desde su punto cero. Y si bien cada banco maneja sus límites y condiciones inapelables, el historial del cliente y su capacidad de endeudamiento son los aspectos que determinará que tan permisivo sea el banco con las nuevas condiciones.