Si bien el crédito es una herramienta para el crecimiento patrimonial y de inversiones de una persona o grupo, debido a diferentes situaciones coyunturales económicas del país sólo el veinte por ciento de los mexicanos acceden a créditos otorgados de la forma tradicional, en tanto que otro sesenta por ciento opta (sin mayores opciones) por créditos informales o nuevas metodologías crediticias, y el veinte por ciento restante queda por fuera del sistema de financiamiento por créditos.
Esta situación económica y el avance de las tecnologías, así como también la ampliación del acceso a la información (llamado para los operadores de crédito on line “Big Data”) hizo posible el nacimiento y explosión de los préstamos on line; otorgan sumas pequeñas, de manera simple y con total confidencialidad.
Pero así como se pueden obtener de manera simple y a pesar de que se trate de montos pequeños es importante tratarlos con cuidado ya que poseen altos intereses y riesgos de no cumplirse sus plazos de cancelación.
Es importante en primera instancia poder justificar el gasto que se desea realizar y si es posible acompañarlo de un presupuesto avalado (si se quiere realizar un arreglo en el hogar, un viaje o un regalo a un ser querido). Además se debe pedir el monto necesario, ni un centavo de más, mientras menos sea más fácil será su aprobación.
Estudiar. Aunque esto siempre produzca pereza es crucial saber si va a ser posible devolver el dinero obtenido en préstamo y sobre todo si se cumplirán los plazos establecidos; además prever situaciones futuras que puedas implicar el desembolse de grandes cantidades de dinero. Mientras más se sepa de cómo se va a resolver la cancelación del crédito éste aportará más tranquilidad y será una solución real a un problema concreto.
Comparar ofertas y optar no sólo por la que ofrezca mejores condiciones sino también por la más confiable y que ofrezca un trato claro y directo; tomar el tiempo que sea necesario para leer en detalle las condiciones y entidades involucradas en el préstamo recibido.
Toda la información personal que este en internet será parte de la evaluación que determina la aprobación o rechazo del préstamo, desde amigos y seguidores en Facebook hasta la información que pueda proveer el buró de crédito, por lo que es importante tener en cuenta cuál es el perfil personal en la red.
Los intereses en estos créditos no suelen ser altos, siempre y cuando se cumplan con los plazos de pago que rondan en su mayoría los 30 días.