En sus inicios solo el 10 por ciento de los emisores de factura en el país se registraron como emisores de registros electrónicos, para 2014 este número ya había llegado a los casi tres millones y medio, lo que significa casi el 80 por ciento de los emisores habilitados para emitir facturación por vía electrónica.
La emisión de factura electrónica de por si es una carta de presentación a la hora de relacionarse con otras instituciones u organizaciones ya que, por mantener cuentas más claras y disponibles a los diversos entes reguladores, se dispone como una organización financieramente confiable.
Al emitir facturas electrónicas existen mayores posibilidades para establecerse como proveedor del Estado o entidades públicas así como también de entidades privadas ya que se entra en una categoría de mayor confiabilidad fiscal.
Esta seriedad en términos fiscales conlleva una mayor facilidad para acceder a diversos créditos o préstamos por parte de entidades bancarias, oficiales o privadas. Además demuestra capacidad de innovación y la suficiente infraestructura y conocimientos para poder aplicar tecnologías innovadoras.
Otro beneficio poco conocido es el de los apoyos fiscales ofrecidos por el estado en caso de que se ocupen personas con discapacidades físicas o mentales, así como también a personal de la tercera edad.
Toda persona o empresa registrada en el Sistema de Administración Tributaria, también conocido como SAT, y que perciban beneficios económicos por la venta de sus productos o desarrollo de su actividad deben emitir facturas electrónicas en dos formatos .PDF y .XML.